Nutrición y fisioterapia

ZENIT FISIOTERAPIA Y SALUD
Fisioterapia y salud mental

Somos el resultado de lo que hacemos. Y de lo que comemos. Por eso, hoy queremos hablarte de la relación entre la nutrición y la fisioterapia. Tienen que ver mucho más de lo que puedes llegar a pensar.

Muchas veces, al iniciar un tratamiento de fisioterapia, nos centramos solo en ejercicios, masajes o rehabilitación. Pero lo que comemos también puede acelerar, o entorpecer, ese proceso de mejora. Y es que el cuerpo necesita más que movimiento para sanar. Necesita energía, proteínas, minerales y vitaminas que le ayuden a reparar los tejidos, a reducir la inflamación y a recuperar el equilibrio.

Una alimentación saludable es una herramienta terapéutica real. Y al alcance de todos.

Relación entre la nutrición y la recuperación física

Cuando estamos lesionados o en recuperación, nuestro cuerpo se encuentra en un estado especial. Y lo que necesita es reparar, regenerar y adaptarse. Todo este trabajo interno requiere de recursos, y esos recursos provienen de forma directa de lo que comemos. No es cuestión de cantidad de calorías, sino cuestión de la calidad de esas calorías. De la calidad nutricional de los alimentos que ingerimos.

Es decir, no es lo mismo 100 calorías de fruta fresca, que 100 calorías de un alimento ultra-procesado como un producto de bollería con azúcar y grasas hidrogenadas, entre otros ingredientes que no son recomendables consumir de forma habitual.

Durante un tratamiento de fisioterapia, se pueden producirse micro-lesiones musculares (como consecuencia del ejercicio controlado), inflamación localizada, estrés oxidativo y pérdida de masa muscular. El cuerpo entra entonces en “modo reparación”.

¿Qué ocurre en el cuerpo durante la rehabilitación?

 

En esta etapa, se produce una mayor demanda de ciertos nutrientes clave:

  • Proteínas: fundamentales para reconstruir músculos y tejidos.
  • Vitamina C: ayuda en la producción de colágeno, vital para tendones, ligamentos y piel.
  • Calcio y vitamina D: esenciales para mantener y reparar la salud ósea.
  • Ácidos grasos omega-3: con efecto antiinflamatorio natural.
  • Magnesio y potasio: necesarios para una función muscular óptima.

Una dieta deficiente en estos nutrientes puede traducirse en una recuperación más lenta, fatiga constante, debilidad muscular e incluso riesgo de recaídas o nuevas lesiones.

¿Qué tipo de alimentos ayudan en esta fase?

 

Los alimentos que, a parte de ser muy sanos, te ayudan en una rehabilitación, son:

  • Frutas y verduras frescas, especialmente de colores vivos, por su riqueza en antioxidantes.
  • Frutos secos y semillas, cargados de magnesio, omega-3 y proteínas vegetales.
  • Pescado azul (como salmón o sardina), excelente fuente de ácidos grasos antiinflamatorios.
  • Legumbres, huevos, carnes magras y tofu, como aporte de proteínas completas.
  • Lácteos y alimentos fortificados, ricos en calcio y vitamina D.
  • Mucha agua: la hidratación es clave para el transporte de nutrientes y la eliminación de toxinas.

 

Cómo una dieta adecuada puede mejorar los resultados de la fisioterapia

La fisioterapia, por sí sola, es una herramienta muy potente. Pero cuando va de la mano de una nutrición bien planificada, sus efectos se multiplican. Veamos cómo:
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Aumenta la energía y el rendimiento en las sesiones

Una buena alimentación proporciona la energía necesaria para afrontar cada sesión con vitalidad. No se trata solo de “tener fuerzas”, sino de mejorar la respuesta muscular, la concentración y la motivación. Cuando comemos bien, nos sentimos mejor… y eso se nota en cada movimiento.

Los hidratos de carbono complejos (como los cereales integrales, el arroz o la avena) son la principal fuente de energía para los músculos. Si no están presentes en la dieta, es probable que sientas fatiga prematura o te cueste completar los ejercicios propuestos por tu fisioterapeuta.

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Mejora la recuperación post-sesión

Después de una sesión de fisioterapia o ejercicio terapéutico, el cuerpo necesita “repararse”. Aquí entran en juego las proteínas, que ayudan a reconstruir el músculo, y los antioxidantes, que combaten el estrés oxidativo generado durante la actividad.

Un buen ejemplo de merienda post-sesión sería: yogur natural con nueces y fruta roja. Fácil, nutritivo y muy beneficioso.

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Reduce la inflamación y el dolor

Muchos alimentos tienen propiedades antiinflamatorias que pueden ser especialmente útiles en procesos dolorosos, como tendinitis, artritis o contracturas. Algunos ejemplos:

  • Cúrcuma y jengibre: potentes antiinflamatorios naturales.
  • Frutos rojos: ricos en antocianinas con efecto antioxidante.
  • Pescado azul: fuente directa de omega-3.
  • Aceite de oliva virgen extra: saludable y protector.

Reducir la inflamación no solo disminuye el dolor, sino que también mejora la movilidad, el sueño y el estado de ánimo.

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Fortalece huesos, tendones y articulaciones

La regeneración de tejidos conectivos, como tendones, ligamentos y cartílago, es un proceso lento que requiere una base nutricional sólida. Aquí, el colágeno juega un papel protagonista. Esta proteína necesita vitamina C para sintetizarse correctamente, así que incluir frutas cítricas o pimientos rojos en tu dieta es una gran idea.

Y no olvidemos al calcio, la vitamina D y la K2, claves para mantener unos huesos fuertes y prevenir fracturas u osteoporosis.

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Previene futuras lesiones

Una alimentación saludable no solo ayuda a curarte más rápido, sino que te prepara mejor para evitar lesiones en el futuro. Un cuerpo bien nutrido es un cuerpo más fuerte, con músculos más eficientes, huesos más resistentes y articulaciones más estables.

Incluso pequeños cambios en tu dieta diaria pueden marcar la diferencia: sustituir bollería por frutos secos, refrescos por agua con limón, o snacks procesados por fruta fresca.

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En nuestro centro de fisioterapia en Zaragoza, creemos en un enfoque integral para cuidar de tu cuerpo. Sabemos que la recuperación no solo depende de las técnicas manuales o los ejercicios terapéuticos, sino también del entorno, del descanso, del estado emocional… y, por supuesto, de la nutrición. Se trata de aprender a nutrirse mejor, a escuchar al cuerpo y a darle lo que necesita para sanar.
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